Los primeros estudios genéticos en perros mostraron un gran potencial para aprender de ellos, aunque también dejaron claro que se necesitarían muestras más grandes para obtener resultados significativos, según Elinor Karlsson, genetista de la Facultad de Medicina Chan de la UMass y del Instituto Broad. Con este fin, los investigadores han iniciado grandes proyectos de ciencia ciudadana, recopilando muestras de ADN y datos de perros en todo Estados Unidos.
Los dueños de mascotas han respondido con entusiasmo a este desafío. El Golden Retriever Lifetime Study, que comenzó en 2012, sigue a más de 3.000 perros para identificar factores de riesgo genéticos y ambientales de cáncer, una enfermedad común en esta raza. Desde 2019, el Dog Aging Project, un estudio a largo plazo sobre la salud y la longevidad, ha inscrito a casi 50.000 perros.
El proyecto del Dr. Karlsson, Darwin’s Dogs, tiene 44.000 perros y sigue creciendo. Hasta ahora se han secuenciado los genomas de aproximadamente 4.000 de estos perros. Los investigadores están obteniendo pistas a partir de datos sobre el cáncer de huesos, el comportamiento compulsivo y otros rasgos. Entre los primeros hallazgos, se descubrió que, aunque muchos rasgos de comportamiento, como la sociabilidad y la capacidad de adiestramiento, son hereditarios, están ampliamente distribuidos en todo el reino canino y la raza es un mal predictor de la personalidad de un perro individual.
Esta primavera, el Dr. Karlsson presentó una expansión muy esperada: Los gatos de Darwin. “Soy un verdadero amante de los gatos, nunca he tenido un perro”, confesó Karlsson. En un correo electrónico posterior, añadió: “Me gustaría saber si el ‘gato duerme sobre tu cabeza’ está influenciado por la genética”.
El papel de los responsables del tratamiento de datos
Estos proyectos han sido posibles gracias a que la secuenciación genómica se ha vuelto más rápida y asequible. Sin embargo, el “enorme entusiasmo” de los dueños de mascotas ha sido crucial, según el Dr. Ostrander, quien ahora dirige el proyecto Dog10K, un esfuerzo por construir un catálogo global integral de diversidad genética canina.
Estos estudios no sólo nos permiten comprender mejor a nuestras mascotas, sino que también tienen el potencial de revelar información valiosa sobre la genética, la salud y el comportamiento tanto en animales como en humanos.